lunes, 11 de julio de 2011

Inseguridad, pobreza y desocupación en la Argentina


Es claramente loable la acción de todos los familiares y amigos de las víctimas de los secuestros, también la de los ciudadanos en general, que exigen una mayor seguridad. Han logrado una reacción favorable del gobierno, que de paso, comenzó una limpieza imprescindible en los cuadros policiales. El aumento de la delincuencia rebalsa la capacidad de represión y prevención, con lo que se les hace el caldo gordo a los delincuentes profesionales.
Mafias bien organizadas con apoyo de ciertos funcionarios corruptos -aunque hoy ya más vigilados-, encuentran facilitada su delictuosa labor. Pero es obvio que una concepción de la seguridad pública basada exclusivamente en la prevención y represión de los delincuentes e incluso en la control de los sectores marginados y no en programas de combate a sus causas, como la pobreza y el desempleo, es absolutamente insuficiente.
Es necesario, de todas maneras, ahondar en la prevención y en la represión de la violencia, ya que los resultados de un ataque a las causas nunca pueden ser inmediatos.
En la Argentina no hubo ninguna catástrofe natural. El desastre argentino tiene causas muy claras y responsables reconocidos. Para salir de la espiral de violencia-pobreza-desocupación, el Estado debe proveer los medios. Su responsabilidad descansa en la teoría de continuidad del Estado.
No existe ningún hecho externo que lo exima, no hubo una transformación espontánea de muchos ciudadanos en delincuentes, los nuevos delincuentes nacieron por desesperación. Es imprescindible que el Estado adopte una actitud enérgica. No es posible curar un cáncer avanzado con aspirinas, se debe recurrir a una cirugía mayor. Acá se verá la valentía y la capacidad de nuestros gobernantes.
Por ahora el gobierno está tapando el volcán argentino con un dedo, mediante insuficientes medidas asistencialistas. Sabemos cuáles fueron las políticas erróneas, sabemos quienes fueron los responsables. Sabiendo cuáles fueron las políticas erróneas debemos urgentemente apartarnos de ellas. Solo un loco o un oligofrénico puede afirmar que tiene la solución de todos los problemas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario